Algunos expertos consideran que sí que se podría mejorar la atención que reciben los alumnos con problemas de conducta utilizando las siguientes estrategias de tipo general:
- Dotar de personal y recursos necesarios a los equipos profesionales que trabajan en este campo.
- Favorecer la profesionalización y encuentros entre los profesionales que atienden esta problemática.
- Unificar los criterios de intervención para evitar actuaciones contradictorias entre profesionales, que pueden desatar una mayor angustia.
- Favorecer desde la Administración el funcionamiento coordinado de los servicios de Educación, Salud Mental, Servicios Sociales y Menores, más allá del voluntarismo.
- Restituir al niño el valor de su acto y su responsabilidad.
- Mejorar la atención a la diversidad y la flexibilidad curricular y organizativa del sistema educativo y escolar.
- Mejorar la formación específica del profesorado para resolver conflictos y ayudar a los alumnos con problemas de conducta.
- Por parte de los padres: aceptar el problema, respetar a los profesionales y no descalificarlos delante del hijo.
- Elaborar programas socio-sanitario-educativos de prevención contando con los profesionales que están en la práctica y no sólo con teóricos y políticos.
- Hacer estudios longitudinales para ver la evolución de los alumnos con problemas de conducta y la eficacia de las estrategias adoptadas.
- Mayor protagonismo de la tutoría y horario disponible en los centros educativos para unificar criterios y atender a padres y alumnos.
- Programas educativos dirigidos a las familias a través de las escuelas de padres.
- Dotar a los centros educativos de recursos más diversificados: programas de garantía social, iniciación profesional, aulas-taller, granjas, jardines...
- Evitar que se "quemen" los padres, profesionales y profesores que atienden los problemas de conducta.
- Dotar a los centros educativos de más profesionales para atender la diversidad de los alumnos: profesores de apoyo, logopedas, cuidadores, trabajadores sociales.
- Crear centros interdisciplinares en los que se pueda prestar una atención socio-sanitario-educativa a los alumnos y sus familias.
- Crear centros públicos con internado y de integración que permitan la socialización de los jóvenes y la mejora del estilo de vida familiar, sin institucionalizar a los alumnos más que el tiempo necesario para introducir cambios en el sistema sociofamiliar y escolar.
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