- Ir de "colegas" por la vida en lugar de "padres", como ya hemos dicho en anteriores entradas.
- Intentar "comprarlos" haciendo de "buenos" y poniéndose siempre de su parte.
- Protegerlos en exceso, hacer que todo gire en torno a ellos.
- Ceder para evitar males mayores y pensar que "esto" pasará con el tiempo.
- Creer que en cualquier situación con el diálogo todo se arregla.
- Sacrificar a los otros hermanos y miembros de la familia.
- Cerrar los ojos: negar lo evidente, pensar que los otros exageran y que, en todo caso, la culpa es del otro cónyuge.
- Favorecer el consumismo.
- Creer sus mentiras y caer en las trampas y trucos que emplean.
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